La fachada recientemente restaurada del Templo de San Agustín, que requirió varios años de espera y una inversión municipal de un millón de pesos para su rehabilitación, fue objeto de actos de vandalismo durante la Marcha del 8M.
Un grupo de mujeres participantes en la protesta realizaron acciones de iconoclasia, plasmando mensajes críticos en las paredes del templo, incluyendo la frase "Casa de los rateros y encubre acosadores", escrita con pintura roja en uno de los muros.
Los daños causados a la fachada recién restaurada del Templo de San Agustín han generado indignación entre los feligreses y la comunidad local. La repentina aparición de graffiti y mensajes críticos en las paredes laterales del templo, junto con las recientes labores de restauración, ha generado preocupación sobre la preservación del patrimonio histórico y religioso en la ciudad. Además, la situación plantea interrogantes sobre las medidas de seguridad y vigilancia en el área durante eventos públicos y manifestaciones.
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